Mi querido Isaac Rosa, en la presentación de Un
lugar seguro, su nueva y magnífica novela, hizo referencia al ensayo de
Rebecca Solnit Un paraíso en el infierno. Las extraordinarias
comunidades que surgen en el desastre, publicado por Capitán Swing
gracias a la traducción de David Muñoz.
Su tesis es
sorprendente para lo que estamos acostumbrados a escucha: en las grandes
catástrofes los seres humanos reaccionamos mayoritariamente con generosidad,
altruismo y valentía, anteponiendo los intereses colectivos a los personales.
Justo lo contrario de lo que suelen hacer las grandes corporaciones
mercantiles, industriales y financieras, que intentan por todos los medios
posibles - casi siempre con la generosa colaboración de los órganos coercitivos
del estado- salvaguardar sus empresas y beneficios, caiga quien caiga y
cueste lo que cueste.
Mientras lo leía,
oí las palabras que el presidente de Iberdrola, Ignacio Sánchez Galán,
pronunció en el acto de presentación de la nueva planta de baterías de SEAT que
se construirá en Sagunto. Entre las risas y mofas del público asistente – algo,
tremendo, por cierto- tuvo a bien declarar que aquellos ciudadanos que siguen
con la tarifa regulada marcada por el Gobierno son “tontos”, ya que,
según él, pagan más por la luz.
Hay que ser
bastante necio para soltarla así en un momento de dificultades económicas para
personas y negocios, máxime si tu empresa tiene beneficios a cascoporro. Yo
creo que la comida previa, que no sería un menú de batalla, y su maridaje, que
tampoco sería gaseosa y tinto en tetrabrik, le sentó mal.
Un tipo capaz de
cobrar, es el caso, cerca de 13.21 millones de euros en el año 2021 entre
salario, primas, dietas y demás complementos, tiene que ser muy listo, aunque
algunos pudieran pensar que a lo mejor es un listillo, que es un poco menos de
listo y un poco más de jeta.
¿Paga la luz el
señor Ignacio Sánchez? ¿Baja la intensidad de los radiadores por la noche?
¿Friega los platos a mano? ¿Renuncia al cepillo de dientes eléctrico? ¿No
utiliza juguetes sexuales con pilas recargables? Misterios de la vida, que
dirían Edgar Allan Poe y el párroco de mi pueblo favorito.