Las escaleras, nuestro Everest. Sube y baja diez, veinte, treinta veces al día. Colocar libros en las estanterías, tonificante muscular. Las pantallas de los ordenadores, tangible prueba de agudeza visual. Y las cajas, las de tamaño variable y codificación confusa, las siempre llenas de libros, tanto monta monta tanto el Premio Planeta y el modesto Cálamo. Las numerosas, las eternas, las constantes, las omnipresentes...nuestras amigas las cajas: honor eterno a Lydia Valentín Pérez, gloria bendita de la halterofilia española, campeona olímpica en Londres 2012, mundial en los años 2017 y 2018 y de Europa del 2014 al 2018. Lydia, referente e ídolo, inspiración constante.
¿Quieres ser librero? Toma cajas. Cultiva hernias discales, dolores de espalda y hormigueo en los dedos. Y lee, lee cuanto puedas y donde puedas, aunque sean contraportadas y tediosos suplementos culturales. Ibuprofeno y letras, muchas letras: síntesis perfecta del trabajo intelectual y el manual. Así es la librería bajo el capitalismo avanzado del siglo XXI.
Algo me temía cuando a comienzos de los ochenta del siglo pasado me apunté al gimnasio de Benito Escriche, insigne boxeador aragonés del peso pesado que fue torero hasta los 21 años, dos aficiones denostadas en el presente pero que en tiempos tenían su cosa y no molestaban demasiado en cualquier biografía. Un gimnasio que no tenía más música que los resoplidos agónicos de algún esforzado culturista ni más olor que el del sudor a palo no seco. Lo hice acompañado por Pedro y Mario, dos buenos amigos. Pedro y yo no salíamos de nuestro asombro observando como Mario –en apariencia el más escuchimizado de los tres—se tumbaba en “la máquina infernal” y levantaba como un poseso kilos y más kilos cuando nosotros a duras penas lográbamos elevar la empuñadura que los sustentaba: cuando no mirábamos, Mario desenganchaba las pesas. A la semana lo único que quedaba era el bar de la esquina: café solo, cigarrito y charla. Sin nicotina, el resto permanece. Eso sí, la sección de deportes es lo que primero leo en El País. Y en ocasiones lo único, qué le voy a hacer.
Este ha sido un capítulo más de “Cálamo, 40 aniversario: esencias del trabajo librero”. Se lo dedico con cariño a Librería Luces de Málaga en su veinte cumpleaños.
NUESTRO CLÁSICO “BONUS TRACK”. 5 LIBROS, 5.
Japón, el archipiélago de las estaciones. José Antonio de Ory.
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Libre. El desafío de crecer en el fin de la historia. Lea Ypi.
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La frecuente oscuridad de nuestros días. Una estadounidense en la resistencia alemana contra Hitler. Rebecca Donner.
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El estornino de Mozart. Lyannda Lynn Haupt.
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El rey de Varsovia. Szczepan Twardoch.
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