La primera vez que monté en bicicleta atropellé a un caniche y a un niño que tendría uno o dos años menos que yo. Llorando, abandoné la bici – todavía de cuatro ruedas- para abalanzarme a los brazos de mi madre.
Pronto vencí el trauma, pues me recuerdo corriendo, brincando y haciendo el animal sobre – ahora sí- dos ruedas, como recuerdo también acelerar a tope para saltar por encima de un montículo de alquitrán endurecido, caer de cara contra el suelo y acabar en los brazos de mi padre.
Un mal día te descubres huérfano y, por más acompañado y querido que seas, te quedas irremediablemente solo. Y no te queda otra que combatir soledades ofreciendo tus brazos y siendo parte de una cadena de afectos que no viste nacer ni tampoco verás morir.
Claro que siempre hay alguna mala
bestia que ni entiende de abrazos, ni de soledades, ni de afectos. También hay casas
sin techo, árboles secos y vino malo. Ya lo cantó Celia Cruz: la vida es un
carnaval. *
Todo aquel que piense
que la vida es desigual
Tiene que saber que no es así
Que la vida es una hermosura, hay que vivirla
Todo aquel que piense que
está solo y que está mal
Tiene que saber que no es así
Que en la vida no hay nadie solo, siempre hay alguien
Ay, no hay que llorar
(No hay que llorar)
Que la vida es un carnaval
Y es más bello vivir cantando
Oh-oh-oh, ay, no hay que llorar (No hay que llorar)
Que la vida es un carnaval
Y las penas se van cantando
Todo aquel que piense
que la vida siempre es cruel
Tiene que saber que no es así
Que tan solo hay momentos malos y todo pasa
Todo aquel que piense
que esto nunca va a cambiar
Tiene que saber que no es así
Que al mal tiempo, buena cara, y todo cambia
Oh-oh-oh, ay, no hay
que llorar (No hay que llorar)
Que la vida es un carnaval
Y es más bello vivir cantando
Oh-oh-oh, ay, no hay que llorar (No hay que llorar)
Que la vida es un carnaval
Y las penas se van cantando
Es para reír
(No hay que llorar) Para gozar
(Carnaval) Para disfrutar
(Hay que vivir cantando)
La vida es un carnaval
(No hay que llorar) Todos podemos cantar
(Carnaval) Ay, señores
(Hay que vivir cantando)
Todo aquel que piense
(No hay que llorar) Que la vida es cruel
(Carnaval) Nunca estará solo
(Hay que vivir cantando)
Dios está con él
Para aquellos que se quejan tanto (Wua)
Para aquellos que solo critican (Wua)
Para aquellos que usan las armas (Wua)
Para aquellos que nos contaminan (Wua)
Para aquellos que hacen la guerra (Wua)
Para aquellos que viven pecando (Wua)
Para aquellos que nos maltratan (Wua)
Para aquellos que nos contagian (Wua)
Hasta siempre, querida y admirada Almudena Grandes. Un cariñoso abrazo para
Luis García Montero y sus seres
queridos, así como para toda la gente de Tusquets Editores, su editorial de
toda la vida.