Mala noticia, la memoria no es infinita. Abandona toda
esperanza: el armario en la que se ubica tiene un número limitado de
estanterías. A partir de un determinado momento solo caben cosas si previamente
has sacado otras. Si te empeñas en alquilar nuevos cuartos trasteros acabarás
perdiendo las llaves. Aumentar unos megas la RAM es inútil: tus programas
vitales cada vez consumen más recursos.
El olvido es la primera señal de
nuestra finitud. La segunda, que el
sueño no siempre es reparador. Nada más angustioso que despertarse sin luz,
sabiendo que el día aún está lejos. Y la tercera, que por
más que te esfuerces los malos pensamientos siempre acaban abriéndose paso.
No hay más receta que la bondad, que
ser piadoso con uno mismo. Abrir dos
nueces, masticarlas con calma y decir basta. Ducharse y lanzarse a pasear en
busca de nuevos recuerdos. Hoy será un día hermoso.
Como lo han sido los del recién
finalizado 24 Congreso de Librerías de
Málaga, una oportunidad de encontrarse con antiguos colegas, conocer nuevos
y reivindicar juntos la importancia de un oficio en constante transformación. Tengo
una buena noticia que darte: hay librerías y libros para rato
Dos de ellos nos ocupan a Ana y a mí estos días, Enfermos antiguos de Vicente Valero y Voyager de Nona Fernández. Nada diré sobre ellos, salvo recomendarlos encarecidamente.
Un abrazo
Paco Goyanes