Andaba de paseo por el centro de Madrid buscando un sitio en el que comer cuando me di de bruces con el rostro más descarnado de la apropiación cultural. En Madrid, como en otros muchos lugares, es muy común la apropiación indebida, concepto claro de entender para la mayoría de los mortales, pero de difícil comprensión para algunas – que no todas- personas con responsabilidades públicas. Por cierto que la responsabilidad, como demuestran las actitudes y palabras de algunas de ellas, tampoco les es propia. Tal vez sería el momento de introducir una nueva figura en el entramado institucional: el irresponsable político, ese que elegimos de manera inverosímil en las urnas y al que parece que pagamos para que diga y haga sandeces.
Bueno, volvamos al principio, que me pierdo en todos los sentidos de la palabra, que parece que estamos otra vez en un momento en el que hay que cuidarse de lo que piensas y hablas.
Pues eso, paseaba con hambre por Madrid y me encontré con lo que parecía una especie de hamburguesería repleta de gente joven de muy buen ver, lo que era lógico a tenor de la escandalosa lista de precios que colgaba de su fachada. Salvo por dicha minuta, ningún letrero indicaba el carácter gastronómico y comercial del local. Asomé la cabeza: paredes desconchadas y con pintura de la época de la primera república, inverosímiles mesas altas hechas con cuatro trozos de pino mal serrado, dos grifos de cerveza, unos cocineros vestidos como el primo pequeño del guapo de Masterchef y unos clientes muy jóvenes, alegres y gastadores sentados en cajas de Coca Cola. El espacio en cuestión era idéntico a muchos de los cuchitriles que puedes encontrar en la calle López de Ciudad de México o en el centro de Medellín, cuchitriles en los que se come por muy poco, a veces bien, a veces mal, y a los que casi nunca el turista se atreve a entrar bien por temor, bien por escrúpulos. Te ríes, pero eso es apropiación cultural.
Como ya sabrás a comienzos de la semana pasada nos dieron – a ver si lo escribo bien- el Premio Open Bank by Vanity Fair a la Mejor Librería de España 2023, lo que supuso una gran alegría y una mañana de resaca para Ana y para mí, quienes fuimos a recoger el galardón al divertido fiestón al que nos invitaron.
No sé si somos la mejor, pero lo que sí sé es que tenemos la enorme suerte de contar con un montón de amigas y amigos –antes os llamaban clientes- que nos visitáis de manera regular y dais sentido a nuestro trabajo de tantos años. Tú sí que eres la mejor, el mejor.
NUESTRO BONUS TRACK: 5 LIBROS, 5.
La Amazonia. Viaje al centro del mundo. Eliane Brum. Traducción de Mercedes Vaquero.
https://tienda.calamo.com/es/
El cuarto de Giovanni. James Baldwin. Traducción de Ismael Attrache.
https://tienda.calamo.com/es/
El ángel de piedra. Margaret Laurence. Traducción de Miguel Temprano.
https://tienda.calamo.com/es/
Cúbit. Vicente Luis Mora.
https://tienda.calamo.com/es/
Antonio. Beatriz Bracher. Traducción de Juan Cárdenas.
https://tienda.calamo.com/es/