Desde la Feria del Libro – qué casualidad- llevo arrastrando un catarro de aúpa, de esos que merecerían un capítulo completo de House o de Doctor en Alaska. Harto de estornudos y mucosidades de todos los colores, de malestar existencial y antibióticos tamaño submarino nuclear de la era soviética, he decido combatirlo con mi total desprecio y abundante tinto de verano.
Es posible que mi decisión sea un chorrada, una más de las muchas que atesoro, pero estamos en una época que les es propicia, así que dudo que vaya a desentonar. Las chorradas estivales lo invaden todo, de la política al deporte, del mundo de las artes plásticas al de la literatura, de la moda a la gastronomía.
Un ejemplo. La semana pasada el restaurante francés Mirazur fue elegido como el mejor del mundo del año 2019. Desde su reconocimiento ha recibido en menos de una semana 10.000 peticiones de reserva, todas dispuestas a pagar entre 160 y 260 euros por persona. El Mirazur ha anunciado su nuevo proyecto gastronómico: menús adaptados al ADN de cada cliente. Te toman una muestra – o la envías, no lo tengo claro- y en 10 días, zas: comida a tu medida. ¿Es o no es una chorrada monumental? Las hay más cercanas y baratas: no hace mucho leí que en Zaragoza se había celebrado una performance gastronómica de calado: una chef- ¡oído, chef!- cocinaba en directo mientras una percusionista le acompañaba dándole al tambor. El público escuchaba, miraba y luego cenaba.
Natascha Wodin en su excelente libro Mi madre era de Mariúpol, traducido por de Richard Gross no cuenta tontadas. Alemana de origen ucraniano, indaga sobre sus antecedentes familiares. Sus padres, trabajadores esclavos del III Reich, vivieron en caos de la revolución rusa, los sangrientos delirios de Stalin y el terror de la Alemania nazi. Leerlo, conmociona.
Su lectura me lleva a recomendaros encarecidamente cuatro extraordinarios libros sobre Europa y el mundo tras la II Guerra Mundial: Calle Este-Oeste. Sobre los orígenes de "genocidio" y "crímenes contra la humanidad", de Philippe Sands; Continente salvaje. Europa después de la Segunda Guerra Mundial de Keith Lowe; Año cero. Historia de 1945 de Ian Buruma y Vestidas para un baile en la nieve de Mónica Zgustova.