Plaza San Francisco, 4 y 5.  E-50006 Zaragoza, España
Lu-Vi: 09.30-13.30, 16.30-20.30
Sa: 10.00-14.00


+34 976557318

Libería Cálamo - Logo

Cálamo: de que ser cuando se es mayor y de las segundas oportunidades; de un par de maracas y la marca España; de espárragos y huevos.

En un evento profesional en el que participe no hace mucho tiempo junto con una librera catalana, el moderador nos hizo la pregunta del millón: “si volvieran a nacer,  ¿serían de nuevo libreros?”

Mi colega, entusiasta y  sonriente,  respondió con un sonoro y rotundo sí, adornado de algunas maravillosas experiencias comerciales y literarias.

Yo, para estupefacción del público virtual- que nunca es igual al virtual público-  dije que no, que ya tenía bastante con una vida de librero, que no tenía queja alguna, pero que si pudiera elegir me gustaría probar otras cosas.

De pequeño quise ser centurión romano, que no hubiera sido mala profesión, que los romanos tienen su cosa como nos lo recuerdan la serie televisiva  Ingeniería romana y la mítica escena de La vida de Brian* de los Monthy Piton, escena que no voy contar, que ya la cuenta constantemente mi amigo Jesús, médico jubilado y escritor maldito que solo escribía recetas, pero eso sí, de las buenas. También quise ser ajedrecista, pero otro Jesús, mi primo, se  encargó de eliminar tan temprana vocación no dejándome ganar ni una sola partida, y luego dicen de la familia. También quise ser misionero en el Congo, pero a Dios gracias se me pasó pronto.

Ya de mayor pensé ser tocador de maracas en una orquesta de salsa, cubana por supuesto. Llegué a poseer una extensa colección de media docena de pares de maracas, pues las maracas son como los calcetines, siempre van de dos en dos. Me parecía,  y me sigue pareciendo, que estar todo el día moviendo los brazos y el cuerpo rítmicamente para detrás y para adelante era una manera maravillosa de llegar al éxtasis místico, y mucho más fácil que la de los derviches giradores de Turquía.

Ahora me gustaría ser Secretario de Estado de la España Global, que es como se llama desde el año 2018 la oficina gubernamental que gestiona la Marca España, iniciativa que pretende mejorar la imagen de nuestro país en el extranjero y – misión imposible- entre los propios españoles.

Me atrae tanto el sueldo, que no debe ser magro, como la satisfacción de poder aportar a mi tierra lo mucho que he aprendido en mi devenir profesional. De idiomas voy regular, pero para eso están los cargos de confianza.

Si fuera Secretario centraría mis esfuerzos en crear un eslogan que bebiese directamente de la sabiduría popular. Un par de buenos ejemplos. El primero, la marca navarra de espárragos Cojonudos,  registrada en la Oficina Española de Patentes y Marcas con el número 2.593.177. Sonora, contundente y  ligeramente machista, no es de extrañar que sea la preferida de nuestro Rey Emérito. El segundo es aragonés por sus cuatro costados: los Huevos Aragón.  “Güevos mucho güenos y mucho gordos”, reza su eslogan, todo un logro semántico. En internet puedes ver su logotipo, proeza creativa sin par.

A lo que me niego y negaré es a que la Marca España quede en manos de algunas y algunos desustanciados con cargo público de relevancia que hacen de la bronca, la aspereza y la vulgaridad su razón de ser, tres características que a día de hoy parecen universales y que para nada distinguen.

No sé si algún día lograré mi sueño. Si alguien conoce a la Ministra de Asuntos Exteriores que le hable de mí. Estoy abierto a todo tipo de ofertas.

Buenas ofertas las que encontrarás en nuestra mesas de novedades, que si algo anima estos inciertos tiempos que vivimos es la calidad y el interés de la producción literaria.

El crítico Ignacio Echevarría ha editado y prologado Notas para unas memorias que nunca escribiré, título del  diario que Juan Marsé llevó en el año 2004  y que se publica  junto con una serie de libretas escritas en años posteriores: Cataluña y España, la escritura y los escritores, el periodismo y los periodistas, el cine, la vida política…opiniones sin cortapisas  de un escritor genial. Te queremos, Juan.

Queremos también a Jorge Carrión, intrépido aventurero literario que no para de escribir y discurrir. Junto con el dibujante Javier Olivares nos ofrece Warburg & Beach, una original novela gráfica sobre el historiador del arte Aby Warburg y la mítica librera Silvia Beach. Una joya.

Islandia navega en mitad del Atlántico, aparentemente alejada de todo. En 1963, Hekla se traslada a Reikiavik con la ilusión de ser escritora y se instala en casa de su amigo Jón, un apasionado del teatro. Los años sesenta prometen cambiarlo todo, hasta la conservadora y endogámica sociedad en la que viven: La escritora es una excelente novela de Audur Ava Ólafsdóttir traducida por Fabio Teixidó.

Gracias también a la traducción del islandés que ha hecho Enrique Bernárdez,  podemos disfrutar de Hans Blaer: elle, explosiva novela de Eiríkur Örn Norddahl que habla de feminismo, teoría queer y movimiento LGTBI, pero también de soledad, incomunicación y diferencia.

Novelista, periodista, ensayista y  traductor,  Juan Gabriel Vásquez es una de las voces más relevantes de la literatura colombiana contemporánea y,  a pesar de su extensa y reconocida obra, todavía un desconocido para buena parte del público lector español.  Volver a la vista atrás es un apasionante recorrido por la vida y circunstancias del cineasta Sergio Cabrera **  y de su familia. En 475 páginas, cincuenta años de la historia del siglo XX. No dejes de leerlo, por favor.

Nada más, que hoy me estoy extendiendo en demasía. Nos vemos en la librería. Un abrazo en nombre de todo el equipo de  Cálamo. Paco Goyanes.

 

*Vale, no la cuento pero te la muestro en este enlace de Youtube https://www.youtube.com/watch?v=WYU5SAQwc4I

La vida de Brian, rodada en 1979, tercer largometraje del grupo de comedia británico Monty Python,  es un clásico con mayúsculas de la historia del cine que no cansa nunca.

** Sergio Cabrera (Medellín, 1950) es un reputado cineasta colombiano, autor de películas tan celebradas como La estrategia del caracol (1992), Golpe de estadio (1998) o Perder es cuestión de método (2004). Su vida es de “película”. Como muestra un botón: a los diez años se trasladó con su familia a China, siendo “guarda rojo a los dieciséis.