Mi padre construía las mejores cometas del mundo con cañas, plásticos reutilizados, hojas del Heraldo de Aragón y liza. Muchos domingos acudíamos a los Pinares de Venecia para hacerlas volar.
En un céntrico quiosco de Zaragoza de propiedad municipal, se ha instalado hace unos meses un negocio de restauración especializado en kebabs. Resulta raro el eslogan que resume su filosofía empresarial: "Kebabs pero bien".