Los periodistas no tienen la culpa. Explotados y mal pagados, además de
aguantar a sus directores, se tienen que dedicar a los empeños más absurdos. La
analítica política, abocada a narrar día tras día una ópera bufa protagonizada por
pijos sobreexcitados aderezada de corrupción y ausencia de prácticas
democráticas, lo de siempre. El esforzado reportero bélico, con crisis de
ansiedad ante tanta guerra que cubrir y por nacer, alguna cerca de la puerta de
casa. Y el alicaído comentarista deportivo local sin épicos ganadores de la
maratón ni golazos desde medio campo: todo el día enfrascado en los sanos
negocios de los insaciables fumadores de puros que se divierten comprando y
vendiendo equipos de fútbol en situación de derribo y con un inexplicable
montón de sufridos hinchas.
A pesar de los pesares, me quedo con la información deportiva, me alimenta
el alma. Véase. Remi Linkdholm,
esquiador de fondo finlandés, sintió un
dolor muy fuerte mientras competía en los juegos olímpicos de invierno de
Pekín: pene congelado. ¿Pero dónde compran los calzoncillos los deportistas
finlandeses? ¿En las rebajas en Zara? ¿En el rastro de Helsinki? ¿Se los tejen
a calceta en sus tiempos muertos? ¿No se saben el truco del periódico tan
utilizado por las aguerridas y aguerridos ciclistas? A lo mejor toda la prensa
del país nórdico es digital y no se la pueden colocar en la bragueta…vaya
mierda de progreso.
Y qué me dices de Meikayla Moore, defensa del equipo de fútbol femenino de
Nueva Zelanda, que jugando contra Estados Unidos metió en propia puerta tres
goles, tres. Y va su entrenador y la quita, qué crueldad. Y el cariñoso y
emocionado recibimiento de sus compañeras en el banquillo, qué alegría, qué
gozo, qué bien. Vale, los pijos también se meten goles, pero nadie les
sustituye en el momento, a lo mejor por miedo al recambio.
Así está la prensa: pijos peleando, penes congelados y goles en propia
puerta. Y guerras, muchas guerras. Periodistas, yo os quiero.
El próximo viernes 4 de marzo a
las 19 horas en el Salón de Actos del
Edificio de la Caja Rural de Aragón (Coso, 29) se celebrará la Gala de
entrega de los XXI Premios. Organizarla ha sido un gran esfuerzo, pero hemos conseguido que todos los
autores galardonados estén presentes.
Estamos viviendo la edición de este año como el inicio de mejores
tiempos para todos. Ojalá sea así. Nos encantaría contar con tu presencia.
Nos vemos pronto. Un fuerte abrazo en nombre de todo el equipo de Cálamo.
Paco Goyanes