Va por delante: no soy de esquí. Aprendí tarde y mal, tan tarde y tan mal que hace mucho que no es ya ni siquiera una opción. Lo hice por amor y por amor lo olvidé: antes que osado deportista preferí ser el que esperaba en el aparcamiento con el termo
Lamentas que termine tan pronto y comienzas a leerlo de nuevo.
Te entran ganas de leer otro.
Te sobresaltas, derramas el té con leche y pones la cama perdida.